Una pérdida de tiempo

Dicen que el tiempo es oro y cuánta razón lleva esta frase. De niños no nos damos cuenta de la verdadera importancia del paso del tiempo, pero según nos vamos haciendo mayores y las obligaciones de la vida nos atrapan con sus grilletes, el tiempo es un bien precioso que debemos aprovechar.

Si tuviéramos una máquina del tiempo, nos desplazaríamos a nuestro antojo para poder vivir los mejores momentos de nuestra vida una y otra vez. Además, también podríamos enmendar nuestros errores pasados y aprovechar ese tiempo perdido, encauzándolo en actividades más provechosas. Sería maravilloso poder hacer realidad esta fantasía, ¿no es cierto?

Echando la vista atrás, me doy cuenta del tiempo que he perdido con algunos videojuegos. Bueno, en realidad para mucha gente que no entiende este mundillo, todos nosotros seguimos perdiendo el tiempo con ellos. Pero yo me refiero concretamente a algunos títulos a los que he dedicado algunas horas de mi vida y luego me he arrepentido.

Aquello del video real en Night Trap parecía interesante... Pero no lo era.

Porque en mi caso es así. Me sabe mal perder el tiempo con un juego, intentando encontrar algo que me satisfaga y que tras unos minutos, quizá horas, todo haya sido en vano. Me siento engañado cuando no logro sacarle un sentido a todo ese proceso. Necesito recibir un mínimo de satisfacción por esa fracción de mi vida empeñada.

No pido demasiado, no creáis. Por supuesto que me gustaría encontrarme siempre con obras maestras, que me llenen con su fantasía y me sumerjan en las aguas de la maravilla, pero no soy tan exigente, de verdad. Me puedo conformar también con un rato de distracción, con algún momento gracioso o con ciertas dosis de acción y adrenalina. Dicho de otro modo, empleando una frase que suelo usar, no todos los juegos van a ser dieces. Estaría bien, pero no le hago ascos al resto si consiguen ser medianamente divertidos.

Robo Pit: Pierdes tiempo incluso construyendo tu asqueroso robot.

El problema es que a veces uno no puede evitar cometer errores y por algún motivo, sentirse atraído por ese juego que te acaba traicionando. Como señalaba en un artículo en el pasado de este blog, con los años he ido aprendiendo a seleccionar mejor mis compras y suelo acertar bastante, pero antes esto no era así y reconozco que me he equivocado en algunas ocasiones. 

Cuando esto sucede, la sensación es de haber tirado el dinero, pero antes le has dedicado ese precioso tiempo, tratando de encontrar una razón para seguir jugando, una excusa para justificar el desembolso, en un intento de sacar un mínimo de jugo que palíe ese mal sabor de boca que deja según lo vas probando. En parte es por el dinero gastado, pues piensas que hay que amortizarlo, aunque sea a costa de flagelarte una y otra vez con una aburrida experiencia; por otro lado, siempre tienes la esperanza de que en algún momento haya un punto de inflexión que torne al juego en un producto divertido.

Un juego de Superman no podía ser malo. Pues va a ser que sí.

Sea por una u otra razón, estás perdiendo el tiempo y nunca lo vas a recuperar. En vez de empecinarte con algo que no te divierte, podrías haberlo empleado disfrutando de otro juego, por ejemplo. Esa oportunidad perdida de haber podido emplear el tiempo en hacer algo mejor, es un corte lacerante en mi moral, no muy profundo, pero sí imposible de curar.

Habían pasado ya años desde que un juego no me hacía perder el tiempo, pero hace poco me volvió a suceder con Trauma, el cual analicé aquí. Por fortuna no me acuerdo de muchos de los títulos que han producido este efecto en mí, pero en su momento he tenido que sufrirlos. ¿Cuáles han sido para vosotros los juegos que os han hecho perder el tiempo?