El olfato del jugador experimentado

Hace años, antes de que existiera Internet, aparentemente la única manera de saber si un juego valía la pena antes de comprarlo, era fiándonos de los análisis que leíamos en las revistas del sector. La realidad, en cambio, era un poco más complicada, pues nos faltaba la suficiente información sobre muchos títulos, así que en la práctica, lo más común, al menos en mi caso, era entrar en una tienda de videojuegos y estudiar las carátulas y contraportadas de las cajas.

Esta era muchas veces la verdadera fuente de información y principal método para tratar de averiguar qué juego sería una buena compra. Un dibujo que nos llamaba la atención, un título que sonara bien, las fotografías en la parte trasera de las cajas o ese resumen de la sinopsis que acompañaba a esas imágenes, con argumentos fantásticos en los que te convertías en el protagonista que salvaría al mundo. Esos eran los elementos que valorábamos y que nos hacían escoger un juego u otro. El resultado, por supuesto, era una auténtica lotería. Con un poco de suerte te llevabas un buen juego y de vez en cuando hasta sonaba la flauta y te tocaba el premio gordo, pero también alguna vez te ibas a casa con un juego infumable.

Fueron pasando los años y aparecieron las versiones shareware y las demostraciones; además, también se incrementó el número de revistas donde poder leer y contrastar las distintas opiniones de los redactores. Por supuesto, con la aparición de publicaciones y foros de opinión en Internet, cada vez hemos ido teniendo más lugares en los que poder consultar para formarnos una opinión sobre los juegos que van saliendo al mercado.

Si todos los juegos fueran así, siempre acertaríamos.

Ahora mismo tenemos muchas opciones a la hora de enterarnos sobre las novedades. Los análisis y anuncios de nuestras webs preferidas, además de ir acompañados de opiniones de usuarios de todo tipo, llevan capturas de pantallas o videos de los juegos. A nuestra disposición, haciendo unos pocos clics, tenemos una gran información que nos puede resultar muy útil a la hora de decidir las compras.

Ahora bien, nunca podemos saber a ciencia cierta si vamos a quedarnos satisfechos con la adquisición; en definitiva, si valdrá la pena el desembolso. En resumidas cuentas, que al final siempre hay un factor de riesgo  a la hora de comprar, aunque minimizado por lo susodicho, pero ahí está.

Aquí es donde entra en juego lo que yo llamo el olfato del jugador experimentado. Llamadlo olfato, instinto o facultad, pero al final se trata de poner en práctica los conocimientos aprendidos por la experiencia, después de tantos años jugando, comprando y sabiendo nuestros propios gustos.

Pensaba que podía ser divertido y metí la pata hasta el fondo.

No sé si le pasa a todo el mundo que lleva ya tiempo en este mundillo, pero cada vez atino más a la hora de decidir si un juego me va a gustar. Me basta con ver unas imágenes y ya me puedo hacer una ligera idea; me pongo unos videos y voy viendo los fallos o las cosas que pienso que no me tienen que gustar. También me sucede al contrario: De vez en cuando, con unos pocos segundos, veo ciertos detalles indicándome que me va a encantar ese juego y al comprarlo y jugarlo, me doy cuenta de que mis sensaciones habían sido acertadas.

Cuando era un crío cometía muchos más fallos a la hora de escoger un juego; más de una vez me he arrepentido de haberme gastado el dinero, habiendo elegido mal. Poco a poco he ido afinando la puntería y aunque desde luego no soy infalible, pues de vez en cuando me encuentro con alguna decepción, al menos no me llevo un chasco mayúsculo desde hace bastante tiempo. Supongo que a mucha gente le pasa lo mismo, aunque quizá no lo llame olfato, precisamente. ;)