The Walking Dead

Soy muy aficionado a las aventuras gráficas y si me preguntárais cuáles son los ingredientes indispensables para un buen juego de este tipo, hasta la semana pasada hubiera respondido que lo más importante son los puzles. Ahora, después de haber jugado a The Walking Dead, me doy cuenta de que estaba equivocado. Lo estaba porque los puzles no tienen por qué ser el principal pilar de una aventura y porque se puede seguir innovando incluso con un género tan monolítico como este. Telltale Games lo ha hecho, vaya si lo ha hecho, y me ha quitado la razón al tomar un camino por el cual yo no hubiera apostado. ¿Sabéis que os digo? Que me alegro de haberme equivocado.

Aunque os explicaré por qué estaba en un error, antes de nada haré un resumen del argumento de The Walking Dead. Que nadie se preocupe porque no revelaré ninguna sorpresa de la trama para no fastidiar a los que tengan la intención de comprarlo.

Creo que voy a sacar la basura.

En la aventura, basada en el cómic original de Robert Kirkman y Tony Moore, adoptamos el papel de Lee Everet, un reo condenado por haber matado al amante de su mujer y que está siendo trasladado en un vehículo policial hasta la prisión. Inesperadamente, el coche arrolla a un viandante que cruzaba la autopista, provocando un trágico accidente en el que muere el conductor. Aunque Lee Everet logra salir del vehículo, inmediatamente se ve acosado por muertos vivientes y tiene que escapar hasta una casa cercana, donde conocerá a Clementine, una solitaria niña de ocho años. En adelante, obligados a huir constantemente de los caminantes, irán conociendo a otros supervivientes, con sus bondades pero también sus miserias.

El control del juego es muy sencillo e intuitivo; con la palanca analógica izquierda del mando movemos a Lee y con la derecha desplazamos el cursor para buscar los elementos de la pantalla sobre los que podemos ejecutar alguna acción. Al situarnos sobre uno de estos elementos, aparecerán uno o varios iconos que nos indicarán las posibles alternativas de las que disponemos. En las conversaciones sucede otro tanto: Dispondremos de varias respuestas posibles y escogeremos una pulsando el botón correspondiente según nuestra elección.

¿Quién dijo que la vida en el campo era sana?

The Walking Dead es una aventura que tiene algunos tintes clásicos, ya que en bastantes ocasiones la acción transcurre en un escenario temporalmente estático, esperando a que encontremos los objetos necesarios y resolvamos los problemas para avanzar con la trama. Estos rompecabezas, por cierto, no son especialmente complicados, por dos razones muy claras: Por una parte, la aventura, dentro de su marco fantástico, intenta ser realista, por lo que los puzles son de una lógica común; olvidaos de rebuscadas soluciones y combinatorias. Al mismo tiempo, el funcionamiento de los objetos está muy automatizado, indicándonos el cursor mediante iconos dónde podemos usarlos.

Sin embargo, The Walking Dead es una aventura marcadamente cinematográfica, así que no son los puzles los que sustentan el peso del juego, sino el guión y sobre todo las decisiones que tomemos. Una buena parte de la acción, tanto la referida a la lucha como la relacionada con las conversaciones, se desarrolla en tiempo real, lo que nos obliga en la mayoría de ocasiones a hacer las cosas con rapidez y determinación, antes de que se acabe el tiempo disponible. Este recurso narrativo genera grandes momentos de tensión. Ante las amenazas será necesario apuntar con el cursor y usar objetos propios o del escenario para defender nuestra vida y la de nuestros compañeros. Pero sobre todo, es en los diálogos donde nos encontraremos con las decisiones más sobrecogedoras y dramáticas, ya que los acontecimientos futuros y la actitud de nuestros compañeros dependerá de las respuestas y resoluciones que tomemos.

Algunas decisiones pueden ser muy duras.

Se nos plantearán a menudo dilemas morales, dudas, disputas y malentendidos. ¿Qué consecuencias traerá nuestra actitud? Esa será siempre la pregunta con la que deberemos afrontar nuestras decisiones. La fatalidad y la necesidad de supervivencia nos pondrán continuamente contra las cuerdas en un cuadrilátero rodeado de zombis. De nosotros depende tomar un camino u otro, establecer nuestra relación con los que nos rodean y ser juzgados por ello, y aún así, Lee Everet no dejará nunca de ser una marioneta del destino.

Por este motivo es The Walking Dead satisfactorio, pero también porque tiene un guión brillante y unos personajes muy trabajados. Nadie funciona como mera comparsa, pues incluso los que parecen tener menos importancia en el juego pueden llegar a protagonizar los momentos más angustiosos, duros y relevantes de esta magnífica obra dramática.

Telltale Games ha dado un paso más en el género de las aventuras gráficas, pero también en el modo de entender lo que significa un juego para adultos, con un enfoque alejado de los productos con una pretendida etiqueta de madurez que nos suelen vender otras compañías.

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