sábado, 11 de febrero de 2012

Semana literaria: El relato de Toni


Estoy contento porque sigo recibiendo correos con nuevas historias. Esta vez se une al homenaje de la semana literaria el amigo Toni, de Pixels Mil, que además de obsequiarnos regularmente con magníficos reportajes en su blog, nos va a demostrar que se le da muy bien esto de escribir relatos cortos.

Dos amigos que se reúnen para echar unas partidas y un cuadro misterioso. Estos son los ingredientes que os vais a encontrar en esta divertida e inquietante historia. No os la perdáis y seguid leyendo, que vale la pena.

Os vuelvo a recordar que hasta el domingo me podéis mandar cualquier escrito de ficción, el cual publicaré gustosamente en este blog.

El cuadro de Escher.

- Si que has tardado…  pasa  –dijo Ed mientras abría la puerta a su amigo al que se encontró plantado en el umbral de la puerta cargado con unas bolsas de patatas y un pack de cervezas- tú mismo, como si estuvieras en tu casa.

Se dirigió de nuevo al sofá y se dejó caer pesadamente sobre el sky lleno de restos de comida y al mismo tiempo que recogía el mando de la consola.

Por su parte, David se dirigió a la nevera. Retiró un par de cervezas y dejó el resto en la nevera para luego volver al comedor donde estaba su compañero de juegos, despeinado y mostrando la curva de su barriga que asomaba por debajo de la camisa como de costumbre.

- Hazte a un lado – dijo mientras le apartaba las piernas de un empujón- Esta vez me toca a mí elegir el nivel que ya me conozco tus fullerías.

El sonido del gas tras tirar de la anilla que abría la cerveza, se ahogó tras una carcajada de Ed que miraba de reojo a su colega mientras se metía en la boca un puñado de patatas fritas.

- Anda, calla y dale ya al ‘start’ – dijo risueño mientras forcejeaba torpemente para intentar apretar los botones del mando de David.

Las horas pasaban y poco a poco la mesa empezó a llenarse de botellas vacías y trozos de comida. Eran las cuatro de la mañana cuando finalmente el invitado se levantó del mullido sofá.

- No puedo más, necesito ir al baño
- ¿Que quieres?, ¿que te acompañe? – respondió Ted sin apartar la mirada de la pantalla y sin perder aquella expresión irónica.

David abrió la puerta del comedor y una vez en el recibidor hizo lo propio con la del pasillo. Estaba oscuro y a tientas consiguió dar con el interruptor. Un chasquido iluminó pobremente el lugar y pudo observar como una triste bombilla colgaba del techo. Mientras avanzaba, se fijó en un cuadro que ocupaba gran parte de la pared. Se trataba de uno de las famosas obras de Escher donde un montón de escaleras se entrecruzaban en perspectivas imposibles. Era una ilustración realmente curiosa y perturbadora a partes iguales. Finalmente llegó a la puerta del baño.

Tras evacuar, David se lavó la cara con la esperanza de despejarse un poco y se quedó mirando unos segundos en el espejo. Apagó la luz a la vez que abría de nuevo la puerta del pasillo. Recordaba haber dejado la luz del pasillo encendida, pero la bombilla no alumbraba ni un ápice. Volvió a tantear de nuevo la pared hasta que dio con el interruptor. Tras unos pocos pasos dejó atrás el cuadro y abrió la puerta del recibidor, pero algo hizo que se parara en seco. Una luminosidad amarillenta se deducía en las comisuras de la puerta del lavabo que acababa de cerrar hacía tan solo unos instantes. En aquel momento, David hubiese jurado que había apagado la luz al salir del baño. Volvió atrás extrañado.

Asomó la cabeza hacia el baño y un escalofrío le recorrió el espinazo. Todo estaba bien pero él se empezaba a sentir incómodo y solo quería volver cuanto antes al lado del vago de Ted. Apretó el interruptor con fuerza y encendió de nuevo la bombilla del pasillo. A paso ligero recorrió la estancia bajo la deprimente luz y abrió la puerta mientras le decía a Ted:

- Que cosa más rara tío, estaba a punto de venir y...- de pronto se quedó helado.

Con los ojos casi fuera de órbita, David permanecía de pie, aterrado bajo el hilo de luz del pasillo. Miró atrás, a través de la puerta y ahí estaba ese cuadro de Escher. Volvió la cabeza de nuevo y se encontraba en el mismo pasillo, con la misma bombilla, con el mismo cuadro.

Las piernas le temblaban y por un momento pensó en si Ted le había echado algo en la bebida, pero rápidamente lo descartó “Él no es de esos”. Con el corazón golpeando en sus oídos salió corriendo hacia la puerta y la abrió de un golpe, pero horrorizado, se encontró con la misma escena.
Preso del pánico, empezó a correr y a abrir la puerta del final del pasillo una y otra vez hasta que empezó a sollozar y a gritar descontroladamente.

- Aaaaaah!

Ted pegó un salto del sofá – Pero tío que haces! – le dijo a David que se incorporó violentamente del sofá- Menudo susto me has pegado! Que quieres, matarme?

El chico respiraba fatigadamente y miraba confundido hacia todos lados - Tio… yo… joder…

- Eh tranquilo David, ¿estás bien?
- No, yo… si, bueno… -intentaba decir mientras empezaba a tranquilizarse- he tenido una pesadilla extrañísima, joder… - mientras se levantaba intentaba sonreír sin demasiado éxito – Se ha hecho muy tarde, me voy ya, necesito descansar.

Confuso, Ted se levantó y le acercó la chaqueta a su amigo que estaba pálido y titubeaba.

- ¿Seguro que estás bien?
- Si si, tranquilo, solo ha sido una pesadilla, que vergüenza- sentenció rascándose la cabeza y sonriendo tímidamente intentando alejar aquella terrible escena de su mente.
- Nada hombre – le dijo Ted mientras le daba una palmadita en el hombro- A dormir, mañana te llamo.
Cerró la puerta de casa y David se quedó en la escalera de la comunidad, a oscuras, tanteando la pared en busca del interruptor. Tras palpar unos segundos dio con él y lo pulsó. Ahí estaba, el cuadro de Escher.

16 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu colaboración, Toni. Divertido relato que me recuerda al principio del juego UnEpic.

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  2. Yo no he jugado a UnEpic pero tu relato me ha encantado muy bueno tio.

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    1. Tú encendiste la mecha al proponerme que publicara una historia y ya ves, la gente está participando. ;)

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    2. me alegra que haya cuajado una semana de lo más interesante en tu blog, ahora nos falta leer el tuyo no? :)

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    3. Tienes razón. Como anfitrión, debería escribir un relato en cuanto tenga un ratito. A ver qué me invento.

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  3. Jaja pobre David, me temo que el cuadro va a estar persiguiéndolo y no sé porque motivo :( Lástima que no lo descubra xD Buen relato Toni!!

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    1. Bueno, a mí me perseguían los ladrillos del Klax en una pesadilla. No sé qué es peor. xD

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    2. Jaja tranquilo, yo a menudo sueño con un apocalipsis zombie... tanto ver walking dead y jugar a left for dead tiene sus consecuencias. Eso y que tengo un problema jaja

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    3. Es cierto, no hay explicación aparente. Quien sabe, lo mismo David habló mal de Escher XD

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  4. Caray, vas ganando unos colaboradores de puro lujo!
    Así da gusto.
    Primero Kahos y ahora Toni.
    Muy grandes los dos!
    Un abrazo!

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  5. Genial el relato, a mi también me ha recordado el principio de Unepic pero esto es mucho mas aterrador jejeje.

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  6. Ahora que lo decís, es verdad ese aire Unepiquero del principio. Debe ser que me ha calado muy hondo y se me quedó en el subsconciente :p

    Gracias por los comentarios. Dejo eso de escribir para los que saben, pero ha sido un ejercicio muy divertido!

    Le tengo que dar gracias a mi colega Zervio que me dio algunos consejos muy útiles.

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  7. Me uno a los aplausos para tu relato, Toni, está genial. A mi también me recuerda a Unepic, aunque creo que David hubiera preferido por mucho acabar en un castillo xDDD

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  8. Toni, al final has triunfado con tu historia. Ya os decía yo que valía la pena intentarlo. ;)

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