Trine

Acaba de salir a la venta el juego Trine 2 y estaba pensando que me había dejado pendiente un artículo del análisis de la primera parte que ya hace mucho tiempo que quería escribir. Para los que no lo conozcan, se trata de un título de Frozenbyte publicado en el año 2009 para PlayStation 3 y PC, aunque actualmente se encuentra también disponible en Linux y Mac.

Trine es una combinación de juego de plataformas y puzles donde los elementos físicos se ven afectados por la fuerza de la gravedad, de manera que tendremos que aprovecharlos para poder alcanzar plataformas o esquivar los obstáculos y peligros del camino.

La aventura comienza con la presentación por separado y sucesivamente de cada uno de los tres integrantes del grupo que llevaremos, sirviendo como introducción del juego y también para explicar cómo funcionan las habilidades básicas y únicas de los protagonistas.

El guerrero es el personaje idóneo para recibir a la horda de esqueletos.

Así pues, empezaremos con la ladrona Zoya, que tras conocer la existencia de un objeto de gran valor escondido en el castillo cercano a la academia Astral, se dispone a robarlo, aprovechando la huída de sus moradores ante el avance de las fuerzas de la magia oscura y el caos. Zoya dispara con un arco y lleva un arpón con una cuerda que puede clavar en las superficies de madera para poder columpiarse y salvar así los precipicios o caídas.

Mientras tanto, el mago Amadeus, que se había quedado dormido durante quince días por culpa de los efectos de una poción, ve el avance de las tropas del mal al despertar de su letargo y al tratar de huir de la academia, se encuentra con Zoya en el santuario del poderoso objeto conocido como Trine. Amadeus puede hacer levitar algunos objetos con su poder mágico, así como es capaz de crear algunas formas sólidas básicas dibujándolas en el aire.

Pontius el mago puede crear objetos que podemos usar de muchas formas.

Por otra parte, Pontius es un guerrero que quiere unirse a las tropas del rey para combatir a los muertos vivientes, así que decide quedarse en la academia Astral para luchar por la salvación del reino. Es allí donde acaba encontrando al mago y la ladrona; sintiéndose los tres atraídos por el misterioso poder del Trine, tocan el artefacto y sus almas se quedan unidas en una sola, sin poder separarse. Pontius es diestro con las armas cuerpo a cuerpo y también lleva un escudo, capaz de protegerle de impactos y proyectiles.

De esta manera empieza una historia de fantasía que podemos jugar solos o en compañía de hasta dos jugadores más de forma simultánea, con un desarrollo similar a los clásicos arcades bidimensionales con scroll, en la que tenemos que ir superando fases, derrotando enemigos y salvando los obstáculos que encontraremos en el camino.

Las últimas fases son complicadas, pues la lava nos matará en el acto.

La novedad que diferencia a Trine de otros arcades estriba en el uso que debemos hacer de las habilidades de cada personaje. El modo en que debemos resolver algunas situaciones de peligro o superar algunos saltos, depende de nuestra imaginación a la hora de poner en práctica los poderes de los protagonistas, cuyo control podemos intercambiar haciéndolos entrar en escena al pulsar un botón determinado. Depende de nosotros escoger a quien queramos para aprovechar sus destrezas, de manera que podemos interaccionar con el escenario para crear objetos, romperlos, moverlos o saltarlos, teniendo en cuenta la influencia que ejerce la fuerza de la gravedad sobre ellos.

Al empezar la aventura, cada personaje dispone de unas pocas habilidades muy sencillas, pero durante el camino iremos encontrando objetos y experiencia que nos servirán para potenciar estos poderes o incluso para aprender algunos nuevos. Gracias a este sistema podremos optar por volver a jugar fases que ya hayamos superado, con el objetivo de alcanzar lugares previamente inaccesibles u ocultos. Digo ocultos porque otro de los alicientes de Trine es el reto de encontrar la gran cantidad de objetos escondidos en cada nivel.

La posibilidad de jugar dos o tres jugadores a la vez aún lo hace más divertido.

El único problema que le encuentro a Trine es la poca variedad de enemigos que ofrece, pero al margen de esto es un juego muy alegre, con un diseño de niveles que me gusta especialmente y que yo recomendaría a todo el que disfrute con los juegos de arcade clásicos, considerando que el añadido de los puzles y el motor de físicas del juego le dan un toque diferenciador y moderno que sirve para redondear la diversión experimentada al jugarlo.

No tengo ninguna duda al decir que es uno de los títulos de los últimos años que más gratamente me ha sorprendido y al que le puedes dedicar unas cuantas horas incluso después de haberlo acabado, pues siempre queda la opción de intentar conseguir los retos añadidos y encontrar todos los objetos ocultos en los distintos niveles. La nota que le doy es esta:

- 8 -