1 x box

Microsoft ha presentado esta semana la que será su próxima máquina de ocio y multimedia para el hogar, y que saldrá a la venta a finales de año según los planes previstos. Su nombre es Xbox One.

Habréis visto en otras páginas las especificaciones técnicas y los detalles conocidos, de manera que voy a resumirlos, ya que no pretendo disertar en el presente artículo sobre ninguna de estas características en concreto: AMD Jaguar de 8 núcleos, 8 Gb de RAM DDR3, tarjeta gráfica ATI 7790, HDMI, disco duro de 8 Gb, lector de discos Blu-ray y WiFi.

Todos los juegos se instalarán pero se podrá empezar a jugar mientras dure el proceso; además, se asociarán a la cuenta del usuario y para que otra persona pueda usarlos tendrá que pagarlos. Los videojuegos de las versiones anteriores de Xbox no serán compatibles. Habrá un nuevo Kinect con funciones mejoradas, incluído e indispensable para el funcionamiento de la consola. No se necesitará una conexión permanente a Internet, pero cada 24 horas la máquina la requerirá para poder seguir jugando. El nuevo mando de control será similar al anterior, pero tendrá pequeños cambios ergonómicos y vibración independiente en los gatillos. También dispondrá de reconocimiento de voz, integración con Skype, multitarea y guía de la parrilla televisiva.

En cuanto a la reacción de los aficionados, he advertido una tendencia de desaprobación por parte de bastante gente respecto a la nueva máquina, a tenor de los artículos y comentarios que iba leyendo en distintos lugares. Las quejas se refieren sobre todo al asunto de los juegos usados, a la necesidad de conectarse a Internet y a que los títulos de la anterior Xbox no serán compatibles, amén de otros inconvenientes perfectamente criticables, pero hay también una decepción producida por el hecho de que el aparato no parece aportar ninguna novedad destacable en lo que se refiere a videojuegos y formas de jugar.

Quizá seamos esclavos del lenguaje mediático, cuando damos por hecho que una nueva videoconsola nos ha de traer obligatoriamente una revolución o un avance técnico extraordinario. Probablemente también nuestra afición nos haga prisioneros de una forma particular de ver las cosas, en la que seguimos pensando que solamente importan los juegos, sin darnos cuenta de que el concepto de la consola doméstica ha ido cambiando y hay mucha gente que valora también otra serie de funciones en estos aparatos.

Antiguamente una videoconsola era solamente una máquina que hacía funcionar los juegos de vídeo, y por tanto, un electrodoméstico destinado exclusivamente a quien buscara ese tipo de diversión. A lo largo de los últimos quince años, aproximadamente, estos aparatos han ido incorporando otras utilidades de una forma secundaria, transformándose en máquinas multimedia, popularizándose para abarcar así un mercado mucho mayor.

En la actualidad, lo estamos viendo también en los teléfonos móviles y las tabletas digitales, los aparatos electrónicos más sofisticados se están convirtiendo en herramientas de ocio variado, así que no me parece extraño que en virtud de la gran demanda existente, Microsoft haya optado por enfocar su producto claramente hacia ese camino, pensando no solamente en que será atractivo para los jugadores habituales, sino también para los esporádicos, así como para el resto de los integrantes de un hogar en el que se quiere ver cine, escuchar música, guardar álbumes de fotografías y participar en las redes sociales. Incluso en su aspecto, al margen de que nos pueda gustar o no, la Xbox One pretende diferenciarse de una videoconsola tradicional.

Como es lógico, hay quien tiene ya cubiertas esas otras opciones o simplemente no le interesan, de manera que quizá solamente busque darle a la máquina un uso exclusivo como plataforma de videojuegos. En ese sentido no parece que Xbox One vaya a ser revolucionaria, pero aún así la mejora técnica y los juegos exclusivos del sistema van a ser suficientemente atractivos para muchas personas. En cuanto al resto de aficionados a los videojuegos, pueden optar por los productos de otras marcas si piensan que se adecúan mejor a sus gustos. Cualquier guerra dialéctica sobre qué sistema es el mejor, me parece que no tiene sentido más allá del interés de las propias marcas por ganarse el favor del público. Con demasiada facilidad la pasión por los videojuegos nos lleva en ocasiones a expresarnos con exageraciones, pasando de lo espléndido a lo despreciable y viceversa, sin término medio.

Por ese motivo tengo la opinión de que lo verdaderamente importante en el asunto, desde el punto de vista del consumidor, no estriba en cuál de las plataformas de ocio va a vender más. Que cada cual haga sus quinielas si le apetece elucubrar sobre el tema, pero lo primordial para nosotros es acertar con la compra, sea la que sea, habiendo escogido la que cumpla en mayor medida con nuestras expectativas, se adapte mejor a nuestros gustos y nos haga pasar muy buenos ratos.