martes, 17 de abril de 2012

Wild Arms


Situémonos en el año 1998. En cuanto a juegos de rol japoneses, Final Fantasy había salido a la venta el año anterior, convirtiéndose en el rey indiscutible de este género, así que Sony aprovechó el tirón para editar en Europa un título anterior que no se habían atrevido antes a sacar por aquí, a pesar de que su versión original en japonés era de 1996. 

Al fin y al cabo, era todo un riesgo aquel juego que llevaba por título Wild Arms, con muñequitos cabezones, una perspectiva cenital pasada de moda y un argumento con algunos ingredientes de las películas del oeste americano. ¿A quién demonios podía interesarle algo así? A un servidor, sin duda.

Wild Arms arranca con lo que parece la trillada y repetitiva historia de aventureros de otros juegos de rol japoneses, pero cuando escuchas esas melodías y empiezas a ver los diferentes guiños al universo del "western", empezando por un maravilloso video animado introductorio, comprendes que esconde algo más que un juego del montón.

También habrá batallas contra grandes guardianes, como es habitual en los JRPGs.

Al principio, la aventura comienza dándonos a conocer brevemente la historia de tres personajes distintos: Cecilia, Jack y Rudy. Jugando con cada uno de ellos de forma separada, empezamos a conocer una parte de sus vidas, su personalidad y sus anhelos. Sus caminos, por circunstancias del destino, acabarán confluyendo para salvar a Filgaia, su mundo, de la destrucción.

Visualmente, Wild Arms se presenta con una perspectiva cenital en dos dimensiones, donde tendremos que manejar a nuestros protagonistas de la forma habitual en los juegos de acción y rol japoneses, interaccionando directamente con otros personajes y objetos. Bajo este punto de vista recorreremos una serie de escenarios, desde pueblos a mazmorras de todo tipo. Para viajar entre los distintos puntos de interés, al salir de cada uno de estos lugares, la perspectiva se torna más lejana, dejándonos ver la geografía del mundo que habremos de recorrer.

Nos valdremos de algunas grandes máquinas a lo largo de la aventura.

Mientras nos movamos dentro de los pueblos habitados y pacíficos, tenemos absoluta libertad para explorar e indagar donde queramos, pero al andar por territorios hostiles, nuestro camino se verá interrumpido por batallas de forma aleatoria. En el modo de combate, Wild Arms cambia no sólo de aspecto, pasando a una perspectiva en tres dimensiones, sino que deja de ser un juego de acción y las peleas se librarán por turnos, debiendo decidir de esta forma nuestras estrategias para salir victoriosos.

A lo largo de la aventura, cada uno de nuestros protagonistas irá encontrando distintos objetos de utilidad, así como irán aprendiendo ciertas habilidades. La combinación de estas características los hará distinguirse entre sí y nuestro cometido será el de descubrir la forma de usarlos para resolver todos los acertijos que se nos presenten durante el juego, que no serán pocos: Activar interruptores, encontrar pasajes secretos, iluminar el camino o abrirnos paso con explosiones serán algunas de las habilidades que tendremos que poner en práctica. Del mismo modo, también obtendremos ciertos ataques especiales que podremos usar en los combates y que serán distintos para cada uno de los personajes. Cecilia centrará su aprendizaje en la magia, Jack descubrirá los secretos de la esgrima con diferentes técnicas y Rudy se valdrá de distintas armas con las que disparar a los enemigos.

Vamos a tener que visitar muchos pueblos rurales y también grandes ciudades.

Aunque en Wild Arms las batallas, a pesar de su particular desarrollo, no ofrecen nada verdaderamente novedoso que no hayamos visto en otros juegos con mecánicas similares, donde realmente brilla con luz propia es en el diseño del guión y la parte de acción. Por un lado, el argumento no difiere inicialmente de esas historias que tanto gustan entre el público japonés, con monstruos malvados de opereta, jovencísimos aventureros, princesas relegadas por las circunstancias a lo mundano y altaneros guaperas que acaban convirtiéndose en amables compañeros; todo esto no es más que una cáscara que se rompe por momentos para mostrarnos algunos giros interesantes y originales a lo largo del juego.

Por otra parte, como decía, el diseño de las mazmorras y la gran cantidad de puzles y lugares ocultos a lo largo de un mundo inmenso, en el que a la larga se nos dará una libertad absoluta para recorrerlo y descubrirlo, es el otro motivo por el que Wild Arms es un gran juego. Lo que en un principio parece una aventura lineal, restringida a unas pocas localizaciones de las que no podemos escapar, se torna en un gran escenario de fantasía donde nuestros actores se moverán a sus anchas.

Muchas y divertidas mazmorras con distintos puzles que resolver.

La diversión con Wild Arms se redondea con una pizca de magia. La que le da el buen gusto con que está concebida la aventura, pues a pesar del poco colorido de sus escenarios, están confeccionados como un gran homenaje al oeste americano y no solamente en el aspecto gráfico, sino también en el sonoro, con una serie de fabulosas melodías, algunas de las cuales parecen sacadas de alguna película de Sergio Leone; de hecho, la canción que suena mientras viajamos por la geografía de Filgaia es una versión de "The Ecstasy of Gold" que compuso Ennio Morricone para la película "El bueno, el feo y el malo".

Wild Arms es uno de esos títulos que considero imprescindibles en el catálogo de PlayStation, hecho que no debería ser baladí, tratándose de una consola con tantos y tan buenos juegos. Sí es cierto que la gran cantidad de batallas aleatorias, muchas de las cuales considero innecesarias, acaban por lastrar en parte el resultado final debido a la gran duración del juego. Aún así, Wild Arms me parece un título excelso.

- 9 -

16 comentarios:

  1. Aquí me has tocado la fibra sensible.
    Cuando vio la luz era el mejor RPG de corte clásico en el extenso catálogo de PSX, tan sólo superado por el legendario FF VII.
    Algunos lo pasaron por alto debido a su apartado gráfico, pero allá ellos.
    Wild Arms es todo un must have para los amantes del género.

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    1. Yo soy muy crítico con los JRPGs porque me cansan sus clichés, pero las cosas como son: Cuando un juego es bueno, lo mires por donde lo mires, hay que decirlo.

      Me parece que el tiempo ha demostrado que somos muchos los que hemos disfrutado con Wild Arms.

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  2. Yo jugué a la segunda y tercera entrega pero nunca llegué a probar el titulo original, la segunda entrega me parece un gran juego de los grandes del jrpg de psx, la tercera entrega ya en ps2 me gusto menos la verdad, tengo que jugar a esta primera entrega en cuanto me llegue la caanoo me pongo con ella.

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    1. ¡Juégalo en cuanto puedas! Mira, yo he jugado a la segunda parte y no está nada mal, pero este primer juego me parece mucho mejor en casi todo, sobre todo en la parte de exploración. Además, creo que los gráficos y la perspectiva en dos dimensiones eran más adecuados para este tipo de juego, al menos en aquella época.

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  3. Uno de los mejores JRPG de la historia y una de las intros estilo anime mas entreñales que jamás se han creado para un videojuego, el silvido de la canción de la intro uff... na un juegaco de los de verdad, grande donde los allá.

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    1. Me he puesto esa introducción ocho millones de veces desde que salió el juego, millón arriba, millón abajo. Efectivamente, esa parte de la melodía silbada es... Ufff. :)

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  4. desde el momento que arranca el juego sabes que va a ser uno de los grandes del año, me acuerdo el dia en que llegó a nuetras manos y lo que nos sorprendió. Desgraciadamente a pesar de la cantidad de horas que le dediqué no llegué a acabarlo.

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    1. Yo estuve jugando horas y horas y horas y horas... Al final también lo dejé justo antes del final, pero sin acabarlo. A veces me pasa con estos juegos de tantas horas, que con tanta batallita te lo dejas durante un tiempo con la intención de pasar el tramo final de un tirón y luego ya no lo acabas. Curioso.

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  5. Juegazo, con muchas horas de diversión y una banda sonora espectacular.

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    1. No se le dio el bombo suficiente para lo bueno que era, pienso yo. Luego me he dado cuenta de que por ese motivo mucha gente se lo perdió, pero otros tantos tuvimos la suerte de jugarlo y creo que nadie se sintió decepcionado.

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  6. Hace no mucho consegui este juego y todavía no he podido jugar a el. Actualmente tengo una cantidad ingente de juegos y la lista de espera es muy larga. Pero cuando llegue el momento se que lo voy a gozar. Ya que un amigo que lo tiene tambien siempre me decia lo bueno que era.

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    1. Bienvenido al club de los jugadores desbordados, jejeje. Ya lo jugarás un día de estos; al ser de esos que nunca pasan de moda, da igual que lo hicieras entonces, ahora o dentro de un tiempo, porque lo vas a disfrutar igualmente.

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  7. Recuerdo haberlo empezado pero no recuerdo porqué, lo acabé dejando, supongo porque estaría saturado de este tipo de juegos con cientos de combates cada pocos pasos. Aún así la pinta es excelente y me gustaba mucho ese cambio entre las 3d para los combates. Buenos recuerdos!

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    1. Yo también acabé saturado de este tipo de juegos, pero los dos últimos JRPGs buenos de verdad y que disfruté muchísimo fueron este y Suikoden II.

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  8. Como siempre fui nintendero, me perdí un montón de títulos para PSX.

    Ahora, como tengo una que compré via Cash Converters hará ya un año por 6 euros, es cuando me toca realizar una auténtica inmersión. Añadido a la lista de espera ^^

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    1. Bueno, pues ya lo sabes: Uno más para apuntar en tu lista de pendientes. Si te gustan los JRPGs, este es de los buenos de la vieja escuela.

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