domingo, 13 de noviembre de 2011

Logros y trofeos


Uno de los inventos que más me gustan de los últimos años en los videojuegos son los logros y trofeos. Además del reto de ir pasando fases o avanzando en la aventura, que sigue siendo el objetivo tradicional y habitual en la mayoría de juegos, ahora tenemos en muchos títulos el incentivo de conseguir otra serie de premios al realizar distintas acciones extraordinarias, paralelas o pertenecientes a la misión principal.

Antiguamente, antes de que existiera este sistema, era cada cual el que se imponía sus propios retos. Para el jugador experimentado que se preciara de su habilidad, no bastaba con acabar una carrera y clasificarse entre los mejores; debía ser el ganador y batir todas las marcas. Una vez acabado un juego de plataformas, con el objetivo cumplido, el siguiente desafío consistía en hacerlo sin cometer errores, procurando no perder una sola vida en el intento. Cuando aquel juego de fútbol estaba ya tan exprimido que se ganaban todos los partidos con facilidad, la honra llevaba a plantearse la victoria sin recibir un solo gol en contra.

Así pues, el invento de los logros y trofeos de tantos títulos en las distintas plataformas de juego, no es realmente una novedad. Se ha cogido una idea que ya existía en la conciencia competitiva de los usuarios, pero esta vez ya no somos nosotros quienes planteamos los desafíos, sino los propios creadores del juego, que nos lanzan el guante para retarnos.

Los logros pueden ser una forma de alargar la vida de nuestros juegos favoritos.

Quizá para algunos no tenga importancia el hecho de que los logros los plantee otra persona, aunque supongo que es más probable que se valore con agrado o incluso haya quien esté en rotundo desacuerdo. Desde luego hay miga en este asunto, pues seguramente habrá opiniones de todo tipo sobre la conveniencia de que sea alguien ajeno quien proponga los desafíos.

Si bien el hecho de los logros no aporta en sí mismo nada nuevo, según lo explicado, bien es cierto que este sistema actual sí nos ofrece algo que no teníamos antiguamente: Al conseguir el trofeo, nuestra hazaña se queda inmortalizada para siempre. ¡Qué gran triunfo, señores! Mientras antaño nos teníamos que conformar con saborear nuestro éxito en el momento de lograrlo y solamente lo podíamos compartir de palabra en el caso de no tener testigos directos, actualmente nuestros logros se quedan reflejados en un tablón de anuncios, donde podemos volver a regocijarnos o incluso exhibir nuestras habilidades públicamente. 

Es posible que alguien haya  recordado en este momento aquellas tablas de puntuaciones de las máquinas recreativas, en las que guardábamos nuestras iniciales al acabar la partida, si se daba el caso. Tristemente, aquello no era más que una primitiva forma de pavonearse, una sombra en la caverna de Platón del sistema actual de trofeos, que se esfumaba al acabar el día, cuando aquellas máquinas eran desconectadas de la corriente eléctrica.

La satisfacción de ver conseguido nuestro reto.

En resumen y como decía al principio, me gusta el sistema de logros y trofeos. Es cierto que son criticables los de algunos juegos, por absurdos, sencillos o simplemente por no aportar nada interesante a la experiencia. Por fortuna me he encontrado también con muchos títulos en los que sí me han gustado los retos que me planteaban, ya no por el hecho de vanagloriarme y compararme con otras personas, pues la verdad es que no soy tan hábil, sino porque han añadido unas horas de diversión que no hubiera tenido de haberme ceñido únicamente al objetivo principal del juego.

5 comentarios:

  1. A mi los trofeos la verdad es que ni fu ni fa, no les presto atención, tampoco lo hacía antaño cuando jugaba a las recreativas siempre firmaba mi puntuación con las mismas iniciales AAA.

    Pero bueno es cosa mía siempre me he dedicado a pasarme el juego historia principal y las misiones secundarias si no son obligatorias pues que las haga otro, aunque estoy de acuerdo en que es un buen añadido para darle vida al juego y también se agradece que sean gratis (pq ahora parece que todo se paga aparte hasta el verdadero final de algunos juegos)

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  2. Pues a mi los logros me han llegado a flipar, le he echado a bastantes juegos horas solo por los logros y me he sentido way sacándolos, eso si, los trofeos me parecen una copia un tanto burda.

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  3. A mí siempre me ha gustado intentar acabar los juegos consiguiendo también misiones u objetos secundarios. En la época de los 16 bits era habitual lo de las pantallas y fases secretas. También suponía un reto obtener todo tipo de armas y artilugios en los juegos de rol. Actualmente, conseguir este tipo de cosas se suele reflejar en el sistema de logros.

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  4. Encuentro que el tema de los logros es un gran invento. Como dices es una perfecta manera de alargar la vida de un juego y si encima tienes a algún colega que también juegue al mismo juego, el pique está garantizado.

    Eso sí, yo no he podido acabar al 100% ningún juego, no tengo tanta paciéncia jaja

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  5. @tuxlive: Los logros que me gustan especialmente son los que te permiten llegar a pantallas ocultas o ver fases de juego que de otra forma no verías; es una forma de ponerte a prueba y con el aliciente de descubrir lo que en una partida rápida no verías.

    @FastETC: Desde luego hay logros de todo tipo. Algunos son especialmente jodidos, otros son curiosos y en algunos juegos son tan divertidos como la historia principal.

    @Toni: El pique con otra gente es parte de la gracia añadida con los sistemas actuales de logros. Eso de que se quede registrada tu hazaña y que otros puedan verla o incluso superarla le da mucha vida a algunos juegos. Yo intento acabar todos al 100%, pero tampoco me obsesiono; si me aburro, lo dejo para otra ocasión y si algún día me apetece, vuelvo a probar.

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