La relación con el arte

Después de haber escrito recientemente el análisis de un juego tan peculiar como Trauma, donde el autor pretende transmitir una serie de emociones a través de una sucesión de imágenes que cuentan una historia, me había vuelto a plantear la posibilidad de escribir un artículo sobre la relación que pudiera haber entre los videojuegos y el mundo del arte.

Antes que nada, quiero dejar constancia de que mi intención no es empezar ninguna polémica ni generar malestar. Digo esto porque he participado en discusiones en otros blogs, en los que se ha tratado este asunto de una u otra manera y por desgracia en todas las ocasiones ha habido enfados y malos modos a la hora de defender distintas opiniones. Para expresar un parecer, lo lógico sería que cada cual expusiera sus argumentos, con respeto y sin menoscabar los de otras personas, pues el tema que nos ocupa no es una ciencia exacta y por tanto la respuesta no tiene por qué ser inamovible.

Para empezar, creo que deberíamos mirar cuál es la acepción de la palabra "arte": Según el diccionario de la Real Academia Española, se trata de la manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Es una definición demasiado general y ambigua, así que lo mejor es ahondar más y buscar en otros sitios donde se explique claramente y he encontrado otra más esclarecedora, donde dice que el arte es cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del cual se expresan emociones, ideas o una visión del mundo mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Antaño, el arte tuvo una función ritual, mágica o religiosa, pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental.

¿Pueden los videojuegos ser obras de arte o solamente son un entretenimiento?

Cabe diferenciar, por tanto, lo que a veces comúnmente llamamos arte refiriéndonos realmente a un oficio o técnica (artes marciales, por ejemplo), de lo que realmente nos interesa, que sería el arte entendido como expresión estética y creativa. Es decir, que lo que hay que ver es si un videojuego puede entrar en esta definición al igual que una pintura, escultura, danza o cualquier otro ejemplo de las tradicionalmente llamadas bellas artes.

Un error común que veo en mucha gente que trata de defender la idea de que los videojuegos son arte es poner como ejemplo su apartado gráfico. Aunque los gráficos de un videojuego sean de calidad, esto no lo convierte automáticamente en obra de arte, pues el juego es sí es un conjunto de componentes, no una representación exclusivamente pictórica; en todo caso podríamos hablar de un apartado gráfico artístico, no del juego en sí. Este error se produce también en la gente que confunde el significado de la palabra arte, pensando que solamente cumplen esta definición las obras que son del gusto de cada cual. Muchas veces he leído afirmaciones del tipo "las obras contemporáneas no me gustan pero se consideran arte, luego los videojuegos que sí me gustan también deberían ser arte". Evidentemente este silogismo no es correcto, porque el hecho de que una obra no nos guste, no la invalida como representación artística.

Jugar a Machinarium es una experiencia muy especial, más allá de su diversión.

Ahora que ya tenemos una idea de lo que significa realmente esta palabra, creo que lo más sencillo sería buscar algún ejemplo que pudiera amoldarse a esta definición. Había nombrado el videojuego Trauma, pues me puede servir para el caso. Tal como decía, el autor busca con una estética determinada que las imágenes y la historia nos produzcan una impresión y nos emocionen. Así pues, aparte del carácter lúdico que tiene como videojuego, Trauma quizá debería ser considerado también como representación artística, bajo mi punto de vista. 

Creo que Machinarium también es válido como ejemplo artístico; no solamente es una aventura que divierte por sus acertijos, sino que sus autores, mediante una estética deliberada y particular formada por el conjunto de unos dibujos y su animación, sus personajes, la música y la forma de narrar la historia, han conseguido crear un mundo vivo, lleno, que provoca sensaciones.

Se me ocurre como tercer ejemplo el juego Amnesia -The Dark Descent-, que analicé aquí hace un tiempo. Precisamente la característica que lo diferencia de otras aventuras del mismo género, son los recursos visuales y sonoros que usa como forma narrativa, con el objetivo de crear una sensación de terror, agobio y opresión en el jugador.

La forma de narrar esta historia forma parte de la mecánica del propio juego.

Aunque he citado estos ejemplos, queda preguntarse si podemos generalizar, es decir, si debemos aplicar al conjunto de los videojuegos la etiqueta de obras artísticas. Mi respuesta es que no. A pesar de que podemos nombrar más juegos que seguramente cumplen la definición, pienso que la mayoría de ellos solamente están pensados y desarrollados cumpliendo una función puramente lúdica, es decir, que se han fabricado exclusivamente como pasatiempo, de la misma forma que los juegos de mesa. Por mucho que me gusten Nemesis, Jet Set Willy o Contra, pienso que solamente cumplen la función de entretener, así que no puedo considerar que los videojuegos en general sean obras de arte, salvo algunas excepciones.

Escrita toda esta explicación de mi parecer, vuelvo a repetir que la propia definición de arte ha ido cambiando con el tiempo y está sujeta a interpretaciones diversas, así que como decía, esto no son matemáticas y entiendo que pueda haber opiniones distintas a la mía, siempre y cuando tengan un razonamiento.