Mutant Mudds

Las imágenes de Mutant Mudds, disponible en formato por descarga tanto para PC como para Nintendo 3DS y sistemas iOS, dicen muchas cosas sobre qué tipo de juego nos ofrecen sus autores, Renegade Kid. Observándolas vemos que a pesar de haber salido en el año 2012, parece sacado de la primera mitad de los noventa o incluso de antes, con esa deliberada mezcla del colorido de los títulos de plataformas de Super Nintendo y sobre todo el aspecto sencillo de los juegos de NES.

Precisamente ese concepto de juego es el que imita, sin elaborados argumentos ni enigmas y puzles que resolver. Mutant Mudds es un título de plataformas a la antigua usanza, con todo lo que eso solía significar: Un planteamiento simple y directo que a pesar de su aspecto infantil nos ofrece un reto difícil.

El protagonista de Mutant Mudds es Max, un niño que lleva un arma de proyectiles y una mochila con un cohete a su espalda. El funcionamiento del juego es de lo más sencillo: Con un botón disparamos y con el otro damos un salto. Si volvemos a pulsar el botón en el aire, nos mantendremos suspendidos durante unos segundos antes de caer; esto nos permite flotar y variar nuestra dirección en caso necesario para poder aterrizar en un lugar seguro.

Por si te lo estabas preguntando, también hay fases con hielo resbaladizo.

Mutant Mudds está dividido en diferentes etapas, agrupadas en varios mundos, cada uno con su aspecto diferenciador. En cada fase tenemos tres objetivos: El principal consiste en llegar hasta el final y tocar un símbolo con forma de medalla; como alternativa podemos también coger los cien diamantes repartidos a lo largo del camino, y por último, tenemos la posibilidad de volver a jugar cada etapa para localizar unas puertas señaladas con las palabras V-Land o G-Land, que nos llevan a unas fases especiales algo más cortas pero mucho más difíciles y que debemos acabar si queremos completar el juego. Los diamantes recogidos nos sirven como moneda para adquirir una nueva mochila cohete, un potenciador del salto o un arma más poderosa; con la primera podremos alcanzar lugares más alejados, el segundo nos sirve para llegar a plataformas altas y con el arma podremos deshacernos más fácilmente de los enemigos, además de poder destruir las barreras que suelen impedirnos el paso a las entradas de las fases especiales.

Al empezar cada etapa tenemos tres puntos de salud, representados por unos iconos en forma de corazón. Si nos toca un enemigo o alguna de las trampas del escenario nos quita un corazón, hasta perder la vida al quedarnos sin ellos, con lo que deberíamos jugar de nuevo la fase desde el principio. Algunos elementos del escenario, sin embargo, nos matarán directamente al primer toque: Los pinchos, lava o caídas al vacío son las trampas más peligrosas y deben ser evitadas a toda costa.

Algunas trampas se mueven de forma cíclica.

En Mutant Mudds no nos enfrentaremos a enemigos inteligentes, sino a ese tipo de monstruos que en vez de perseguirte con saña repiten una ruta interminable, arriba y abajo, derecha e izquierda, yendo y volviendo, como soldados haciendo su ronda de guardia. El juego no nos obliga a tener buenos reflejos para esquivar los peligros, o a mostrar una especial destreza con los saltos, pues además de que no hay un movimiento de inercia que afecte a nuestro personaje, el cohete nos sirve para precisar las caídas con cierta facilidad. Así pues, la gran dificultad viene dada por la abundancia de pinchos y otros elementos mortales, y al igual que en los primeros juegos de plataformas de los años 80, añadiendo que hay que calcular los movimientos cíclicos de los monstruos, plataformas y trampas de la pantalla para evitar los tropiezos.

Sin embargo, la dificultad de Mutant Mudds está compensada con una pequeña concesión a la modernidad, que son las vidas infinitas, característica de muchos juegos de plataformas actuales que parece estar convirtiéndose en costumbre. El otro elemento innovador consiste en que los escenarios tienen tres planos de profundidad. Eso significa que aprovechando el efecto en tres dimensiones de Nintendo 3DS y usando unas transparencias para la versión de PC, hay ciertos lugares marcados con una plataforma naranja que nos permitirán trasladarnos a otro plano más cercano o alejado del que nos encontremos. Esta novedad es una forma de dar variedad al itinerario, aunque su función es más bien estética.

Si caemos en los rayos estaremos muertos.

La intención de Renegade Kid, autores de Mutant Mudds, de hacer un juego con un aspecto y mecánicas que recordaran a otra época es un arma de doble filo. Al principio resulta agradable disfrutar otra vez con un estilo de juego de plataformas como los de antaño, pero por otro lado, al llevar esta sencillez hasta el extremo, peca de monotonía y poca originalidad. Por ese motivo yo no recomendaría Mutant Mudds a todo el mundo, pero sí a los que sean especialmente aficionados a los juegos de plataformas, y es que además de simpático, solamente por su gran dificultad ya supone un apetecible desafío.

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