Batman: Arkham Asylum

Los superhéroes del cómic, esa raza de individuos de ceñida indumentaria y poderes extraordinarios, paladines de la justicia y guardianes de la moral, podrían ser la versión fantástica de Ruiz-Gallardón, aunque por suerte y a diferencia de este nos podemos permitir el lujo de no tomárnoslos en serio.

De pequeño me gustaban todos, pero con los años el manifiesto tufo yanqui de algunos me iba oliendo a rancio. A estas alturas prefiero quedarme solamente con las coreografías de tortazos que acostumbran a protagonizar, y es que en esto son todos muy buenos. Sin embargo, reconozco conservar cierta simpatía por alguno de ellos y si tuviera que escoger un favorito, me quedaría sin dudarlo con la versión oscura y afligida de Batman.

El inquietante y adinerado Bruce Wayne de papel y tinta ha encontrado recientemente una magnífica adaptación al celuloide dirigida por Christopher Nolan, y para regocijo de los aficionados a los videojuegos, el mismo camino han seguido los últimos títulos del hombre murciélago en este formato: Arkham Asylum y Arkham City. En este artículo voy a hablar del primero, concebido por Rocksteady Studios y publicado por Eidos Interactive y Warner Bros. en el año 2009.

Las constantes peleas contra los lunáticos del manicomio.

Empieza el juego situando la acción en Arkham Asylum, el presidio para delincuentes y enfermos mentales en las afueras de Gotham City, donde Batman asiste al encierro del temible Joker. Pronto descubriremos que todo resulta ser una estratagema urdida por este para iniciar un motín y nuestra misión consistirá en capturarle, malograr sus planes y restablecer el orden en la prisión.

En Arkham Asylum, que se desarrolla usando una perspectiva en tercera persona, lo primero que aprendemos es cómo luchar contra los malhechores, pegando y esquivando sus ataques, al principio con sencillos movimientos y más adelante usando varios botones para combinar diferentes golpes. Los enemigos del comienzo son sencillos de derrotar, pero poco a poco encontraremos nuevos contrincantes con diferentes armas y técnicas, incluyendo a los tipos más duros que son algunos de los habituales villanos del cómic de Batman. Arkham Asylum, sin embargo, no es solamente un videojuego de peleas. A medida que seguimos progresando veremos que se trata de un producto mucho más variado.

Con la visión detectivesca analizamos la escena.

Además de la lucha tenemos que ejercer de detectives observando nuestro entorno. Para ello contamos con un modo de visión alternativo que nos permite escrutar el escenario, resaltándose en la pantalla los objetos y lugares sobre los que podemos actuar. De esta manera el juego nos va guiando, a modo de tutorial, para descubrir la forma de ejecutar diferentes acciones, como lanzar un gancho para subir a lugares más altos, agacharnos y gatear a través de los conductos de ventilación o planear en el aire ayudados por nuestra capa. También añadiremos más adelante a nuestro arsenal otros artilugios muy útiles: Un bumerán, un pulverizador con una pasta explosiva, una tirolina y un aparato para desactivar cerraduras electrónicas.

Todas estas funciones que iremos aprendiendo son necesarias para avanzar, no solamente porque nos veremos obligados a buscar rutas alternativas cuando no sea posible seguir por el camino principal, sino también porque no siempre podremos hacer frente al enemigo a pecho descubierto, ya que algunos presos van armados y otros se valen de rehenes. En estos casos debemos buscar un lugar ventajoso en las alturas desde el que atacar por sorpresa y volver a escondernos con celeridad, o caminar sigilosamente para dejar fuera de combate a los delincuentes por la espalda. Las cornisas, gárgolas, esquinas, pasadizos y otros elementos de la arquitectura del lugar nos servirán para escondernos.

La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando.

Y precisamente ese diseño es uno de los aspectos más trabajados de Arkham Asylum. La prisión es un escenario inmenso y bello, con una gran extensión a la intemperie y varios edificios dentro de su perímetro, donde no se escatima ningún detalle: Torres de vigilancia, puentes, plazas, escalinatas, conductos, travesaños, voladizos, grutas, salones y celdas que al principio vamos descubriendo en un recorrido lineal, pero que según avanza la aventura podemos volver a visitar con mucha más libertad.

El guión del juego también es consistente y las misiones van transcurriendo con coherencia, alternando peleas, rescate de rehenes, búsqueda de pistas y exploración de nuevos itinerarios. Por el camino nos iremos encontrando también con algunas tareas opcionales adyacentes a la trama principal, que consisten en resolver acertijos o hallar diferentes objetos ocultos, y que nos reportan información adicional sobre el universo de Batman e incrementan la experiencia del personaje.

Tenemos que acechar a los hombres armados para atacarles con alevosía.

Efectivamente, el hombre murciélago va ganando sabiduría con estas misiones secundarias, pero también al derrotar enemigos y resolver sus cometidos principales. Este conocimiento adquirido está representado por una barra circular creciente, que al rellenarse por completo nos permite escoger mejoras para las habilidades personales de Batman o el funcionamiento de sus artefactos.

Concluyo el análisis diciendo que Arkham Asylum ha hecho regresar a Batman al mundo de los videojuegos por la puerta grande. Sus virtudes son la variedad de contenidos, la espectacularidad de las peleas y de sus llamativos escenarios, una trama bien urdida y una gran cantidad de objetivos secundarios que invitan a la exploración y añaden un atractivo registro de datos que hará las delicias de los aficionados al cómic, con información y dibujos de los personajes que dan forma al universo del superhéroe. Seguramente no todo es superlativo en el juego, pero en conjunto me parece un producto sobresaliente.

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