En anteriores artículos hemos visto la importancia de la vida y también de la muerte en los videojuegos, pero nos falta dilucidar qué queda después de esta. Lo que nos aguarda cuando hemos perdido la última de nuestras vidas es la toma de una decisión. Debemos elegir entre dejar el videojuego o intentarlo de nuevo.
Para alguien que juegue de forma habitual, la vida y la muerte forman parte de un ciclo. La muerte no es el final absoluto; es solamente un estadio por el que pasamos antes de regresar a la vida.
Reencarnarnos de nuevo en el mismo avatar depende de nuestro afán de superación, pero también de la diversión que nos esté proporcionando. Si logramos vencer la fatiga, si volver a intentarlo no se convierte en un escollo insalvable, si seguimos teniendo ganas de más, le daremos otra oportunidad.
En el caso contrario, siempre habrá otros videojuegos a los que acudir. Si antes éramos un soldado de infantería, ahora podemos ser un ladrón, un alienígena, una rana o cualquier otra cosa. No importa que nos cansemos de ser lo que somos, pues hay otros papeles que podemos interpretar.
El mercado nos sigue ofreciendo nuevos retos a diario. Algunos videojuegos son caros, pero muchos otros tienen un precio asequible o incluso son gratuitos. Tenemos a nuestra disposición la oportunidad de continuar jugando a algo distinto si ya nos hemos cansado de lo anterior. ¿Dónde está el límite? Solamente en nuestra apatía.
No importa que sigas, que cambies o que estés de vuelta. No importa que los busques para distraerte un rato, para evadirte o para emocionarte. Importa que están ahí, esperando. Esperando a que volvamos a empezar.
Obviamente hay juegos que como indicas "mueren" ya que por cualquier motivo decidimos no volver a jugarlo sin posibilidad de rebatir.
ResponderEliminarPero continuando con tu metáfora y si me lo permites, yo introduciría el concepto del limbo donde entrarían aquellos juegos a los que volverías a darle otra oportunidad independientemente del cambio de avatar ya que te han gustado muchísimo y a tu juicio merecen una segunda oportunidad indiscutiblemente. Son aquellos juegos que se encuentran más próximos a la vida que a la muerte.
Pero luego podemos encontrar otro caso inverso como aquellos juegos que no nos han terminado de convencer y que nos decimos "Algún día le daré otra oportunidad"... lo cuál en muchos casos es mentira ya que acabamos encontrando otros juegos más interesesantes y posponemos el momento de volver a probarlo. En este caso, el juego estaría en un estado crítico próximo a la muerte.
Así pues concluyo diciendo que este es el Limbo de los videojuegos, los cuáles están esperando al juicio final del jugador donde se están debatiendo entre la vida y la muerte.
(Me he enrollado más de lo que esperaba xD)
PD. Muy buen artículo
El limbo es como la sala de espera, donde aguardan su turno. Algunos se juegan poco o una sola vez y otros entran y salen del limbo continuamente.
EliminarDeberías de ver la peli de Nivel 13, te va a gustar.
ResponderEliminarSiguiendo tu texto, la apatía me inspira la muerte, y la adicción, la vida. Y nosotros, ante todos los personajes de los juegos, somos simplemente dios.
Muy buen artículo tío, me ha encantado.
He visto Nivel 13. La primera vez en el cine y luego una vez más en televisión.
EliminarMe alegro de que te haya gustado el texto. Mi intención era cerrar el círculo que empecé al escribir sobre las vidas y las muertes de los videojuegos. Con estos artículos pretendo reflexionar sobre nuestra relación con los videojuegos y tratar de explicar por qué los consideramos algo más que un pasatiempo pasajero.