Eversion

Si os fijáis en la foto de cabecera y la pinta de su protagonista, esa especie de flor esponjosa, lo más lógico es que penséis que os voy a hablar de algún juego facilón, cuando se trata justamente de lo contrario. De hecho, la baza inicial con la que parte este título es precisamente la de crear esa ilusión de un mundo edulcorado, apto para los pequeños de la casa. En realidad, la primera pantalla que aparece al iniciar el juego, en la que cita una frase de Lovecraft y aconseja no jugarlo a niños o personas nerviosas, ya nos debería servir como advertencia suficiente de que no van por ahí los tiros.

Eversion es un juego de plataformas del año 2010 de los independientes Zaratustra Productions, en el que controlamos a una pequeña mascota que deberá recorrer varios niveles de izquierda a derecha, recogiendo las joyas que encuentre, hasta llegar al castillo en el que se halla prisionera una princesa. Este trillado argumento no es más que una de las excusas para homenajear a los clásicos de este género, especialmente Mario Bros y otros por el estilo y época, pero también forma parte de la broma macabra que esconde realmente.

Al principio todo parece un camino de rosas.

Al iniciarlo, Eversion nos situa en un primer mundo con un escenario sencillo, limpio y minimalista, con una música alegre, coloridas flores, nubes algodonosas y unos pocos enemigos en forma de pequeñas mascotas sonrientes y bonachonas. A modo de tutorial, aprenderemos que los movimientos son tan básicos como desplazarse y saltar las plataformas, recogiendo las joyas que estarán a la vista o encerradas en algunos bloques, pudiendo sacarlas si los golpeamos desde abajo. Los peligros que debemos evitar son el caer al agua y el más leve contacto con los enemigos, mortal a pesar de su simpático aspecto. Lo que sí podremos hacer será saltarles encima, lo que nos permitirá matarlos y nos puede servir como impulso para alcanzar cotas más altas.

Nada es lo que parece y hasta las nubes son otra cosa.

Hasta ahí la copia de las fórmulas de Mario y todos sus sucedáneos es evidente, pero también aprenderemos que hay ciertas zonas casi invisibles, los puntos de eversión, en las que podemos cambiar el aspecto del mundo al apretar el segundo botón. Al hacerlo, no solamente se modifica el escenario gráficamente hablando, incluyendo el aspecto de nuestros enemigos, sino que también cambiarán algunas propiedades del mismo, de modo que las nubes pasarán a ser plataformas sólidas y la música se tornará sospechosamente menos animada.

Esta primera y sencillísima fase no es más que la excusa para que aprendamos que nada es lo que parece y que para poder coger todas las joyas, nos veremos obligados a girar el mundo del revés, con consecuencias de lo más espeluznantes.

Más de un susto nos aguarda en esta realidad oscura.

A partir de ahí la dificultad se incrementa poco a poco y aunque no resulta demasiado complicado llegar hasta el final de cada mundo, pues las fases son muy cortas, recoger todas las gemas no es tarea sencilla. En cada nuevo escenario que visitemos, tendremos que buscar más puntos de eversión para seguir avanzando y accediendo a las joyas. Cada vez que usemos uno, el escenario se vuelve más tétrico y lo pueblan enemigos peligrosos y horribles, donde incluso las plantas se convierten en mortales alambres de espino, mientras la música nos asusta con sus notas tenebrosas.

Con este contexto, además de poner a prueba nuestros reflejos y pericia con los controles para superar los cada vez más difíciles saltos, nos encontraremos incómodos y nerviosos, lo que considero la principal virtud de Eversion, que no solamente nos somete a situaciones difíciles, sino que también intenta crispar nuestros nervios para hacernos fallar.

En ciertas zonas, cualquier paso en falso significa la muerte.

En las últimas fases, si queremos coger todas las joyas, lo que es un requisito indispensable para poder acceder a un postrero mundo oculto y al verdadero final del juego, tendremos que recorrer adelante y atrás el escenario en busca de los puntos de eversión, alternando entre las distintas capas sombrías como única forma de franquear los obstáculos que nos encontraremos.

En conjunto, Eversion es un juego que se disfruta si te gustan los desafíos en las plataformas, pues aunque no tiene momentos de extrema dificultad, si hay algunas situaciones que requieren una gran precisión en el control de nuestro personaje. Los únicos problemas que lastran el juego, impidiéndole codearse con los grandes títulos del género, son la excesiva sencillez en el diseño de las fases y su escaso número (8 fases), además de la corta extensión de estas. Aún así es bastante recomendable teniendo en cuenta su precio en Steam, cuya versión es la que analizo, pero si habéis pensado en comprarlo y no estáis seguros, podéis descargar de forma gratuita la versión sencilla desde la página de sus creadores. Se trata del mismo juego pero con los gráficos y la música mucho más simples; no causa el mismo efecto, pero puede servir igualmente para que os hagáis una idea de su funcionamiento.

Una niebla mortífera nos persigue, escupiendo sus demonios.

Me cuesta decidirme a la hora de puntuarlo, pues creo que es un buen juego, pero no alcanza la categoría de notable, que se podría haber logrado con algunas fases más y algún detalle vistoso o complejo, como algunas plataformas móviles, por ejemplo, aunque sí es cierto que si intentamos coger todas las joyas nos llevará un rato extra de diversión y encontraremos la recompensa de un octavo mundo bastante más largo que los anteriores. Siguiendo mi propia norma, voy a dejar la nota en un bien, aunque también hubiera sido justo adjudicarle un siete.

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