Thunder Force IV

Hace unos días, un amigo me comentaba en Facebook sus preferencias dentro del género de los matamarcianos y lo mucho que nos gustaban estos juegos cuando éramos unos chavales. También me emplazaba a escribir un artículo de análisis de algún ejemplo de este tipo. Como estuvo bromeando y afirmaba que sabía el título que yo escogería, voy a complacerle, o al menos eso creo, pues me imagino que se refería a uno de mis favoritos: Thunder Force IV.

Thunder Force IV es un juego de Technosoft del año 1992 para la videoconsola Mega Drive, encuadrado en el género de los llamados shoot'em up de scroll horizontal. Aunque es un juego muy parecido a su predecesor, que respeta los esquemas clásicos de los títulos de este tipo, como Nemesis (Gradius) de Konami, la acción no se limita verticalmente a los bordes de la pantalla, sino que también podemos desplazarnos hacia arriba o abajo haciendo un scroll, de manera que el escenario llega a ocupar en muchas fases la altura de dos pantallas, aproximadamente.

Esta característica es uno de los atractivos del juego, pues nos da la posibilidad de escoger distintos caminos como forma de sortear los obstáculos, enfrentarnos a diferentes enemigos o encontrar mejoras y vidas para nuestra nave.

Algunos jefes medianos asustan por su tamaño y aspecto.

Al principio, cuando empezamos una partida, tenemos dos tipos de armas convencionales que podemos alternar pulsando un botón: Un disparo delantero doble (Twin Shot) o bien uno sencillo con otro trasero (Back Shot). Además, podemos encontrar en nuestro camino distintos objetos representados por unos iconos con una letra, que nos proporcionan nuevas armas. Tenemos una mejora para el disparo delantero, que lo convierte en una rápida ráfaga de proyectiles en forma de espada (Blade) y otra mejora para el trasero que nos hace disparar rayos láser (Railgun).

Las otras armas son unos proyectiles que se lanzan diagonalmente y serpentean hasta dar con el blanco (Snake), baterías de misiles disparados en la dirección contraria a la que movemos la nave (Free Way) y unas esferas de energía con menor poder destructivo pero que buscan al objetivo (Hunter). Otros objetos nos proporcionan mejoras: Un escudo defensivo que nos rodea y resiste varios impactos de poca intensidad y un par de satélites que orbitan alrededor de la nave y que tienen la doble función de multiplicar nuestros proyectiles y protegernos de los disparos enemigos. 

Las tormentas de arena dificultan la visibilidad en este escenario.

Nuestra nave, a la que podemos hacer variar de velocidad en cualquier momento (pulsando un botón) entre las cuatro disponibles, solamente es capaz de resistir un impacto, así que en caso de recibirlo perdemos una vida, los satélites (en caso de llevarlos) y el arma que estábamos usando, con la excepción de las dos convencionales (Twin Shot y Back Shot), aunque la acción no se interrumpe, sino que volvemos a aparecer inmediatamente en la pantalla. Cuando nos quedamos sin vidas, el juego se acaba pero tenemos varias oportunidades para continuar desde el principio del escenario en el que estábamos.

Al comienzo del juego, podemos escoger el orden en el que jugaremos los cuatro primeros escenarios, que son los más sencillos y se desarrollan en lugares abiertos. A partir de la quinta fase tendremos que volar en sitios cerrados y angostos, esquivando los accidentes naturales del terreno, haciendo el juego mucho más difícil pero también más divertido. En cada nivel, además de los sencillos enemigos de todo tipo, que destruiremos fácilmente, hay jefes intermedios más complicados y resistentes. Al final del escenario nos enfrentaremos, como es habitual en estos juegos, a los grandes jefes, algunos con aspecto robótico y otros de origen orgánico. 

Tenemos que esquivar multitud de gigantescas naves enemigas en esta ocasión.

Esta es la otra gran baza que hace especial a Thunder Force IV, pues no solamente deberemos destruir las distintas transformaciones y aprender los patrones de ataque de nuestros enemigos, sino que a veces nos resultará complicado averiguar su punto débil, donde tenemos que concentrar nuestros ataques. Todos los jefes son muy duros y se necesita paciencia y sangre fría para algunos especialmente complicados.

En el apartado técnico, Thunder Force IV es impactante. Los niveles son variados, coloridos y el efecto de paralaje usando distintas capas dota de profundidad al escenario. La banda sonora también es de las más destacadas cuando hablamos de juegos de Mega Drive, sobre todo por las melodías que mezclan los sonidos de sintetizador con ritmos propios del heavy metal.

Sin entrar en más detalles, mi conclusión es que seguramente se trata del mejor matamarcianos de Mega Drive (o uno de los mejores, al menos). Si os gusta este género, recomiendo que al menos lo probéis. Otra cosa es acabarlo; para eso se necesitan mucha horas para aprenderse las fases y los enemigos. Para acabar, esta es la nota que le pongo:

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