NightSky

NightSky es un juego del creador independiente Nicklas Nygren, también conocido como Nifflas, que salió a principios de este año. Este señor es bastante apreciado dentro del mundillo indie por sus obras Knytt y Knytt Stories, que han cautivado a mucha gente por su carácter de juegos de plataformas y exploración muy bien ambientados.

En NightSky nos encontramos con un juego de acción en dos dimensiones dividido en pantallas, en el que tenemos que manejar una esfera, poniendo a prueba nuestra habilidad para sortear los obstáculos del terreno y seguir avanzando hasta la salida.

Dicho así, podría parecer que estoy hablando de un juego de plataformas y en realidad el modo en que debemos controlar dicha esfera no se aleja de los mecanismos habituales de este género. La diferencia está en que aquí no tenemos que medir el salto de un personaje pulsando un botón, sino que haremos rodar la esfera en uno u otro sentido, intentando alcanzar la velocidad adecuada y aprovechando la inercia para realizar los saltos, teniendo en cuenta las propiedades físicas de las rampas, desniveles y caídas del terreno, así como de multitud de objetos que podemos usar como plataformas móviles e incluso como vehículos.

En ciertas pantallas del juego cambian algunas reglas de este curioso universo de diversas formas: Podremos usar un botón para acelerar el movimiento de la esfera, mientras que con otro lograremos que ofrezca más índice de rozamiento y por tanto se pegue más al terreno. El botón de velocidad cambia su función completamente en algunas zonas y servirá para que podamos hacer levitar la esfera. En otras pantallas dejamos de controlar por completo la esfera y pasamos a manejar unos tacos como en una máquina de pinball.

NightSky no es solamente un juego de habilidad, sino que tiene también muchos momentos en los que tendremos que pensar la forma de aprovechar los elementos del escenario para alcanzar la salida, así que podemos englobarlo también dentro del género de juegos de puzle.

Entre los aspectos que más me agradan está la excelente ambientación que es capaz de crear su autor, como suele ser habitual en sus obras, usando unos gráficos minimalistas y una música que ponen una atmósfera muy particular, capaz de transmitir sensaciones de solitud y misterio en muchos momentos. Muchas pantallas son verdaderamente originales y otras suponen un reto de esos que repites una y otra vez hasta que logras superarlo. Además, el manejo de la esfera es magnífico y las físicas están muy bien conseguidas, así que te permite un control muy preciso en el movimiento.

Por desgracia no todo son virtudes a mi parecer. Según el argumento del juego, explicado cuando inicias una nueva partida, encuentras una esfera en la playa y empiezas a soñar con un mundo fantástico. A partir de ahí empieza el juego propiamente dicho, llevando la esfera de una pantalla a otra. Lo que yo veo es un intento de conjuntar todas esas pantallas, creando un ambiente de manera que parezca que recorremos un camino, saliendo por un hueco y en la siguiente escena apareciendo por el mismo lado. El problema es que esta intención no está bien conseguida; hay muchos momentos en los que las pantallas parecen no tener ningún tipo de continuidad y se pierde la sensación de mundo homogéneo.

Otros elementos producen también esta sensación de no continuidad: El juego está dividido en zonas diferenciadas con elementos en común, pero estas zonas no están juntas de forma adyacente, sino que accedemos a ellas por separado desde el menú principal; cuando completamos una, volvemos automáticamente al menú y podemos seleccionar una nueva zona que antes estaba bloqueada. Por otro lado, el cambio de reglas y controles de la esfera de una pantalla a la siguiente sin motivo aparente, no tiene ningún sentido y acaba por romper la pretendida sensación de que estamos recorriendo un mundo uniforme.

Es una lástima que Nifflas haya diseñado un juego con una mecánica tan original y que funciona muy bien, pero que no haya podido transmitir la sensación de que estamos inmersos en una historia. Al final, nuestro único objetivo es ir resolviendo una sucesión de pantallas individuales. Le ha faltado conjuntar todo ese diseño como sí hizo en otras obras anteriores, como las mencionadas Knytt y Knytt Stories, o el fabuloso Saira, del que tengo pensado escribir un análisis próximamente.

A pesar de estos detalles que no me gustan, NightSky no deja de ser un buen juego, consta de muchas pantallas y plantea algunos retos de habilidad bien diseñados y divertidos, aunque me ha dejado la sensación de que podía haber sido mucho mejor. Esta es mi nota de calificación:

- 6 -