martes, 12 de junio de 2012

Kid Chameleon


A veces las apariencias son una carga pesada para algunos videojuegos, un sambenito que los etiqueta de forma injusta como mediocres. Aspirar a ser el mejor y que los defectos te condenen, puede ser peor castigo que partir sin ambiciones y asumiendo la vulgaridad. Con esa cruz tiene que vivir Kid Chameleon, a pesar de ser uno de los mejores videojuegos de plataformas de todos los tiempos.

Si lo has jugado durante horas, ya conocerás esos defectos, pero si no lo has hecho, déjame que te explique cuáles son. Sus pecados son haber nacido a la sombra de Sonic The Hedgehog, su ligeros parecidos con los juegos de Mario, sus gráficos poco vistosos, su estructura caótica y el fracaso de su protagonista por no estar a la altura de las mascotas más famosas.

Todos sus errores son probablemente inexcusables, pero no quitan que en su esencia, Kid Chameleon contenga el tipo de retos que los más exigentes aficionados al género de las plataformas demandan. Para mostrar lo que afirmo, voy a tratar de explicar mis razones, pero antes que nada, expondré sus particularidades, pensando sobre todo en quienes no lo han jugado.
Más vale que vaya encontrando un casco, porque así no duraré mucho.

Kid Chameleon es un juego de SEGA del año 1992, en el que tomamos el papel de un chico con aspecto achulado, cazadora de cuero y gafas de sol. En definitiva, un cruce entre los protagonistas de Terminator 2, el joven John Connor y el propio Terminator, con ese porte que se identificaba con la rebeldía y modernidad de aquella década. Del mismo modo que aquellos debían luchar contra el imperio destructor de las inteligencias artificiales, aquí la historia trata sobre una nueva máquina recreativa de realidad virtual, de nombre Heady Metal, que se libera de su yugo informático y empieza a raptar a los jugadores.  En consecuencia, nuestro héroe se dejará llevar al peligroso mundo de fantasía virtual creado por la máquina, con el objetivo de derrotarla en su propio terreno.

Más de cien extensas pantallas con escenarios variopintos nos separan de nuestro encuentro final con Heady Metal. Ambientes urbanos, selváticos, en el interior de cuevas o en terrenos helados se van alternando sin orden aparente. Este viaje anárquico varía según la ruta que escojamos para terminar cada pantalla, pues no existe un único camino para hacerlo, sino que además podemos encontrarnos con más de una salida dentro del mismo escenario, cada una de las cuales nos conducirá a un lugar diferente. Kid Chameleon es así un juego laberíntico, donde se nos invita a descubrir lugares y en el que nuestro trayecto no se limita a caminar de iquierda a derecha, como en la mayoría de videojuegos de plataformas, sino que tendremos que avanzar también en otras direcciones para dar con la meta, representada con una bandera. Tan intrincados caminos nos conducen, en algunas ocasiones, a plataformas de teletransporte, que nos envían a otro lugar dentro de la misma pantalla o incluso a uno de los 32 escenarios intermedios que en el juego reciben el nombre genérico de Elsewhere y que pueden ser una forma sencilla de sumar puntos y proveernos de objetos, o bien el modo más rápido de perder unas cuantas vidas en el intento.

Le voy a cortar la piel a tiras, pero se mueve muy rápido.

En nuestro avance nos encontramos con una buena variedad de enemigos de todo tipo. Lentos, rápidos, que disparan, saltan y nos persiguen o bien se mueven en cortos trayectos de forma mecánica. Sin embargo, el principal problema no van a ser ellos, sino la gran cantidad de trampas que hay en cada fase, porque al fin y al cabo, además de aportar elementos que lo diferencian de otros juegos del mismo estilo, no deja de ser un juego clásico de saltos, con sus zonas de pinchos, caídas al vacío, lava mortal, aplastamientos, superficies resbaladizas y plataformas móviles.

Otra característica definitoria de Kid Chameleon es que además de los elementos propios del decorado, usa un sistema de bloques similar a los juegos de Mario. Algunos de ellos funcionan únicamente como plataformas u obstáculos y los podemos romper de un cabezazo si son de piedra; los metálicos, en cambio, son indestructibles e incluso pueden contener sierras que se activan cuando nos acercamos. También actuan como trampa otro tipo de bloques que con el simple contacto desaparecen, con una variante especialmente molesta que además lanza proyectiles al activarse. Otra de las buenas ideas del juego es que muchos bloques son invisibles y se muestran a la vista cuando los golpeamos, de modo que tendremos que probar suerte con los saltos a menudo, simplemente para encontrarlos accidentalmente, aunque hay lugares en los que esto juega en nuestra contra, pues al tropezar con un techo inesperado, posiblemente cambiará nuestra trayectoria y acabemos cayendo en algún lugar dañino.

Hasta en el hielo se pega la mosca.

Junto con las funciones explicadas, encontramos también otros bloques con el símbolo de la letra P. Estos contienen diversos objetos: Un reloj, que añade tres minutos al tiempo límite para encontrar la salida, el símbolo del anj, que nos concede una vida extra, una moneda, que nos da una continuación, uno o diez diamantes, que se usan para activar los poderes especiales, o bien un casco. ¿Y para qué sirven los cascos? Para que nuestro protagonista cambie de forma y gane ciertos poderes; de ahí precisamente viene el nombre del juego.

Con nuestra forma humana, somos muy vulnerables y si recibimos dos impactos perderemos una vida, de manera que nos veremos obligados a empezar desde el principio de la fase en la que nos encontremos; con este aspecto, solamente podemos eliminar a la mayoría de nuestros enemigos saltando sobre ellos una o repetidas veces. Si cogemos alguno de los cascos, nos transformamos y solamente volveremos a nuestra forma original al perder los puntos de golpe que soporta cada traje. Hay nueve transformaciones distintas: Iron Knight, que tiene cuatro puntos de golpe y es capaz de escalar paredes verticales lisas, Red Stealth, que salta más alto y va armado con una espada, Berzerker, capaz de destrozar bloques a cabezazos, Micromax, nos convierte en una mosca y podemos pasar por estrechos pasadizos o pegarnos a las paredes, EyeClops, que nos dota de un rayo capaz de descubrir bloques ocultos, Juggernaut, nos transforma en un tanque y podemos disparar proyectiles, Maniaxe, nos da el aspecto de un loco armado con hachas arrojadizas, Skycutter, con su monopatín que podemos usar para desplazarnos cabeza abajo por los techos y Cyclone, con el que podemos volar girando como una peonza.

Subiendo por pequeñas plataformas y con sierras.

Cada transformación tiene sus ventajas, pero también algunos inconvenientes, por lo que uno de los grandes atractivos del juego consiste en descubrir qué traje es el más adecuado para superar los distintos tramos y niveles. La combinación de estos poderes y el aprendizaje de algunas pantallas es una de las claves para poder llegar lejos y aunque no existe una estrategia fija para poder acabar el juego, el dominio de los poderes y la búsqueda de los distintos objetos, sobre todo vidas y continuaciones, es la mejor forma de avanzar.

Hay que tener en cuenta las particularidades de Kid Chameleon para poder disfrutarlo, porque es un juego pensado para jugarlo una y otra vez, mejorando en cada intento para llegar más lejos. Como muchos otros videojuegos de aquella época, no se graban nuestros avances ni existen claves para continuar desde algún punto intermedio, sino que para poder acabarlo hay que hacerlo del tirón y es muy difícil por la gran cantidad de fases que tiene, además de la gran dificultad de muchas de estas. Es el gran reto que ofrece Kid Chameleon y no tiene que verse como una cualidad negativa, sino como la oportunidad de superarnos, tomando el papel de ese chico que se marca una meta difícilmente alcanzable, pero enormemente divertida.


- 9 -

26 comentarios:

  1. Juegarraco, de los mejores de Megadrive, gran reseña, recomiendo a todo el mundo probarlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mucha gente seguro que se echa atrás porque los gráficos no son tan bonitos como en otros juegos de plataformas de entonces. No hay que dejarse llevar por la primera impresión. Si uno es un gran aficionado a las plataformas, ha de jugar Kid Chameleon.

      Eliminar
  2. Genial, jodidamente genial un JUEGACO con todas las letras.

    PD: Estaba haciendo en esta semana un análisis sobre el.
    Te has adelantado!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, ahora haz tu análisis. Yo no me cansaría de hablar del juego. Incluso he tenido que resumir el análisis para que no me quedara excesivamente largo, con detalles que tampoco eran necesarios.

      Eliminar
  3. Uno de esos juego que lo odias o lo amas.

    En mi caso, llegué a cogerle tirria por su imposibilidad de guardar el avance. U.U

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Y en cuántos juegos de antes del año 92 se puede guardar? Es un juego para disfrutarlo, sin importar hasta donde llegues. Lo bonito es que cada partida es distinta porque tiene tantos caminos que te pierdes. La gracia está en aprender algunos de ellos.

      De hecho, hay un par de atajos escondidos que te hacen avanzar muchísimas pantallas y así no dura tanto. Descubrirlos es parte de la gracia.

      Eliminar
    2. Tengo un trauma por culpa de un fallo de guardado en YS III de megadrive.... tocaba pasarlo de tirón...

      xD

      Eliminar
    3. Pues no veas lo que me pasó a mí: Se me borró extrañamente la partida en Shining Force II, cuando iba por más de la mitad del juego y tuve que volverlo a empezar, pero lo acabé (luego lo he terminado un par de veces más).

      Eliminar
  4. Juegazo sin ninguna duda. Sobre todo me encantaba el poder cambiar la apariencia según la mascara que te pusieras. La que era rollo viernes 13 recuerdo que me hizo sacar una sonrisa en el mismo momento. Todo un detalle

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Maniaxe es uno de mis aspectos preferidos, pero todos los trajes tienen su utilidad según en qué pantalla estés. Yo he llegado a pasarme una fase en menos de 3 segundos con el traje adecuado, ¡y no es broma, 3 segundos!

      Eliminar
  5. Creo que no es necesario que te diga que me parece este juego je je je, hay 6 o 7 juegos de Megadrive que todos los años los vuelvo a jugar y como no este es uno de ellos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como imaginarás, he escrito el análisis para hacernos un pequeño homenaje. Nunca se me olvidará lo que nos costó acabarlo, dejando el juego pausado para poder continuar después de comer. A saber la de horas que estuvimos previamente jugando, hasta que lo teníamos tan dominado que pudimos llegar al final.

      Este fin de semana estuve jugando y tomé las capturas de pantalla, pero no te dije nada para que fuera una sorpresa. Hay otros juegos de aquella época que al jugarlos después de tantos años, me doy cuenta de que han envejecido mal, pero con este no sucede así. El diseño de las trampas de muchas pantallas es impresionante.¡Están puestas a la mala leche y me encanta! xD

      Eliminar
  6. Bueno yo no lo he jugado nunca, el motivo principal es pq no tuve megadrive, como siempre he tirado siempre más por Nintendo, aunque bueno ahora con los emuladores no hay excusa, y hace cosa de un par de semanas me baje todas las roms de snes y todas las roms de megadrive incluido este juego claro está. Cuando acabe un par de juegos a los que le tengo muchas ganas (principalmente zombies ate my neighbors) probaré este pues me ha llamado mucho la atención dos cosas, primero que es raro el mes que no hables de el xD y segundo lo de los cascos esa idea me parece muy interesante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, ¿tanto hablo de este juego? Yo creo que hablo aún más de ToeJam & Earl, al que quiero dedicarle un análisis completo un día de estos.

      Si vas a jugar a Kid Chameleon, desde luego no esperes un juego facilón. Este es como los primeros Marios de difícil, pero muchísimo más enrevesado porque no hay que ir siempre de izquierda a derecha, ni por un solo camino. Es un juego inmenso en todos los sentidos.

      Eliminar
    2. Es verdad creo que el ToeJam & Earl esta en el top 1 de videojuegos nombrados en tu blog, pero es que además a Pascual se le llena la boca de alegría cada vez que lo nombras, ya verás que no tarda en aparecer y obligarnos a jugar xDDDD

      Eliminar
    3. Si no os insiste él, ya lo haré yo, no te preocupes. :P Hay por ahí algunas joyitas de Mega Drive que muchos nintenderos no conocéis bien, pero a ver si poco a poco las os las voy descubriendo en el blog.

      Eliminar
    4. tuxlive, lo que tenemos que hacer es quedar todos y hacer una partida juntos a Toe Jam je je je, yo juego y rejuego constantemente Toe Jam & Earl y creo que no me cansaré de hacerlo nunca, pero no es lo mismo que jugarlo a dobles.

      No se que me pasa con ese juego, le tengo un cariño especial, al igual que al knightmare de MSX, los puedo jugar varias veces cada año.

      Eliminar
    5. Cuando escriba el análisis de ToeJam, explicaré lo del juego a dobles y la importancia que tiene, porque es un juego pensado para dos personas como principal opción.

      Eliminar
  7. Éste lo tengo en la sega portátil, 'algo' dificilillo si es XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nada que no se pueda superar con la práctica y algo de paciencia. Los hay más difíciles.

      Eliminar
  8. Te voy a ser sincero... siempre quise comprarme y jugar a este juego en mi Megadrive, pero nunca lo pude hacer :(
    No sé por qué, quizás por los distintos cascos seguramente, pero me atraía una barbaridad en su época cuando era apenas un crío.

    Ahora podría jugarlo en un emulador, pero prefiero no hacerlo... se rompería la magia y dejaría de ser el juego al que siempre quise jugar y no lo hice xD.

    Muy buen análisis por cierto, ameno de leer y muy explicativo ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, colega. Entiendo lo que dices, porque no es lo mismo jugarlo en emulador que con la consola y cartucho originales. Ese debería ser el principal motivo, porque también es verdad que han pasado muchos años, pero precisamente este juego ha envejecido muy bien, porque ya entonces no basaba su atractivo en los gráficos, como otros juegos. Ahí queda mi recomendación, en cualquier caso, por si algún día te animas a probarlo.

      Eliminar
  9. Buen análisis :D
    Recuerdo el juego con cariño, aunque en su momento lo dejé un poco de lado.
    A ver si lo recupero un día de estos, porque me has animado con tu comentario :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un juego sobre todo para los muy aficionados a las plataformas. El que no sea muy hábil en el género, seguramente lo verá demasiado difícil.

      Eliminar
  10. Recuerdo los pantallazos del juego en las revistas de la época y em quedé con ganas de jugarlo. Es una buena opción para el emu de la Caanoo y más viendo lo bien que lo pintas a pesar de sus inconvenientes. Adjudicado!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Le perjudicaron algunas cosas, como señalaba, pero en realidad es todo un juegazo y para ser del año 92 ha envejecido muy bien, además de que en aquella época era novedoso y larguísimo.

      Eliminar